El museo de automóviles privado más grande de Sudamérica y el único de Chile, es una obra que no se puede entender sin la historia de la vida de su creador, Bernardo Eggers Reccious. Nacido un 31 de Marzo de 1942, desarrolló casi inmediatamente a partir de entonces una verdadera Fascinación por los automóviles, la que quedó plasmada en los recortes que pegaba en madera de Terciado, donde predominaban las camioneta, autos y tractores. Entre todas estas creaciones, sobresale un dibujo que realizó a los 8 años de una camioneta Studebacker, su marca favorita, y que se alza como el presagio de lo que se materializaría cuatro décadas después.
La vida del pequeño Bernardo giró siempre en torno a los vehículos. Era el gran tema de conversación con su padre, el que le enseño a manejar en la camioneta Studebaker 1949 que lo marco para siempre. Sus amigos de la época recuerdan que de niño sólo hablaba de autos y que superaba a cualquiera en conocimientos sobre la materia, hasta que una cruel ironía del destino eclipsó su pasión durante largos años. Sus padres murieron en un accidente vehicular en marzo de 1955, cuando regresaban al campo tras hacer las compras para celebrar el cumpleaños número 13 de su hijo Bernardo, una celebración que quedó pendiente.
Una Studebaker 49, al igual que el Volvo en el que sufrieron el fatal accidente sus padres; que no se encuentra totalmente restaurado, forman parte de la increíble colección que se guarda en el Automuseum Moncopulli, en medio de los parajes campestres propios del sur de Chile.
La vida del pequeño Bernardo giró siempre en torno a los vehículos. Era el gran tema de conversación con su padre, el que le enseño a manejar en la camioneta Studebaker 1949 que lo marco para siempre. Sus amigos de la época recuerdan que de niño sólo hablaba de autos y que superaba a cualquiera en conocimientos sobre la materia, hasta que una cruel ironía del destino eclipsó su pasión durante largos años. Sus padres murieron en un accidente vehicular en marzo de 1955, cuando regresaban al campo tras hacer las compras para celebrar el cumpleaños número 13 de su hijo Bernardo, una celebración que quedó pendiente.
Una Studebaker 49, al igual que el Volvo en el que sufrieron el fatal accidente sus padres; que no se encuentra totalmente restaurado, forman parte de la increíble colección que se guarda en el Automuseum Moncopulli, en medio de los parajes campestres propios del sur de Chile.
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